PAOLO ROVERSI es otro de mis fotógrafos de moda favoritos. Su obra posee ese estilo como de decadencia ajada que apesta a naftalina que tanto me gusta, pero sobre todo posee miradas...miradas desafiantes de retinas cristalinas que se instalan en nuestro recuerdo y permanecen por lustros.
Pero retrocedamos en el tiempo (haremos una dramatización, recurso narrativo del que me declaro fan desde los tiempos del Carnicero en "Confesiones" ):
Ravenna, Italia. Año 1964.
Paolo, joven amanerado que soñaba con poder dormir algún día sobre el mullido pecho de Adriano Celentano, volvía a casa tras un duro día de estudio. De pronto, una nota encima de la cama hacía presagiar lo peor :
"Niño-mierda, deja de soñar con mariconadas y haz el favor de meter un par de tupers y los Indasec de la abuela en la maleta que nos vamos a Benidorm de vacaciones!!!"
Paolo estaba emocionalmente hundido, sabía que Benidorm no era precisamente Saint-Barths, pero aún no era consciente de lo que allí iba a suceder...
Sus padres le regalaron una cámara de fotos para plasmar los momentos álgidos del viaje y así, entre birras y raciones de croquetas, Paolín supo que quería ser fotógrafo!!!!!.
Tócate los cojones Maribel!
(fin de la dramatización)
El niño volvió a casa todo enajenado y se montó en dos días un estudio casero en el que poder revelar sus propias fotos, dejando aquello como el Zara Tara.
Pasado el tiempo entró a trabajar en el estudio de Nevio Natali del cual acabó hasta el rissotto y decidió instalarse por cuenta propia donde alcanzó cierto prestigio retratando a las personalidades locales más destacadas.
Cuando aquello parecía que se iba a estancar definitivamente, Paolo tuvo la inmensa suerte que un día pasase por su pequeña tiendecilla Peter Knapp, que así dicho de buenas a primeras pues como que ni puta idea, pero que por lo visto era el director creativo de ELLE. Así que invitó a Paris a Paolo.
Luego llegó su primera editorial importante en "Marie Claire" para dar ya el paso a VOGUE, Elle, Harper´s Bazaar etc. , fotografiar mil y una campañas de publicidad o convertir en sus musas a la Vodianova, la Jovovich o la Van Seenus.
A ver quién tiene los santos bemoles de volver a meterlo en Benidorm.
NOTA: Me encantan las biografías de internet, todo el mundo estaba en no se dónde cuando le vió Tal y Pascual y le invitaron a ir con todos los gastos pagados desde Albacete a Cincinnati... jummmmmmmmm... algo huele a podrido en el mundo de la moda.
2 comentarios:
Olá!
Tens un belo blog.
Gosto das fotos.
Um abraço.
estas fotos las ve el quinqui y flipa, con lo que le gustan los chuminos sin depilar!!
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