Huelga decir desde mis carnes magras que las ideologías de esta vieja loca aspirante a peso mosca acerca de lo que es o no belleza y su obsesión por parecerse a un mondadientes me la traen bastante al pairo. Pero al César lo que es del César, KARL LAGERFELD es un genio.
Un genio currante. Qué venga la inspiración y que me pille trabajando como decía aquel.
El tío no sólo diseña hasta la última mota de polvo que pasea por Chanel, no se conforma con hacer las colecciones de su propia marca, las de Fendi e incluso tallas grandes o baratijas para Venca Catálogo. En su "tiempo libre" se dedica a ser fotógrafo.
Fotógrafo de los buenos, eso si.
Como buen germano lleva el expresionismo en sus venas y eso se nota en su estilo: grano, claroscuros algún que otro plano aberrante y mucha fuerza dramática son su marca personal.
De un tiempo a esta parte, y como los grandes también piensan con la picha, se ha encoñado de un modeluqui, que si bien es físicamente perfecto (negarlo sería un acto de envidia pura y dura y de subnormalidad profunda por mi parte) si no llega a morder la almohada del kaiser no hubiese alcanzado las más altas esferas del llamado noble arte del postureo... más que nada porque goza de la expresividad de una garrapata y su cara de mierda perpetua aburre al tercer visionado.
Sea como fuere, aunque Baptiste Giabiconi protagoniza toda foto que Karla dispara, estas siguen siendo extraordinarias. Sus campañas para Chanel con una Jerry Hall emulando a Mrs. Robinson o con esa Lilly Allen que entre borrachera y borrachera todavía tiene un hueco para intentar hacerse pasar por una Audrey Hepburn que no ha sufrido la hambruna de la Gran Guerra, son realmente buenas. Si a esto sumamos majestuosas editoriales para VOGUE Alemania homenajeando al "Metrópolis" de Fritz Lang, recordándonos a Anita Berber o revisitando a algunos de los maestros del surrealismo pues como que tendremos que hacer la vista gorda con el hierático efebo.
Eso si, el chaval se tiene el cielo ganao. Si no le pone tacones, nos lo despelota cada dos por tres, si no le convierte en Ken, nos lo traviste con el culo en pompa y le hace enseñar bigotillo. El caso es hacerle saber quien es el que realmente manda en esa extraña relación por muy arrugada que se tenga la verga.
Si Mademoiselle Coco levantase la cabeza, gozaría como la sátira que era con lo viciosillo que le ha salido su sucesor.
7 comentarios:
Pues a mí me parece que quien mucho abarca...
Eso está muy bien para la gente como tu, como yo y pal resto de los mortales. No para Lagerlfeld.
Eso está muy bien para la gente como tu, como yo y pal resto de los mortales. No para Lagerlfeld.
Eso está muy bien para la gente como tu, como yo y pal resto de los mortales. No para Lagerlfeld.
Eso está muy bien para la gente como tu, como yo y pal resto de los mortales. No para Lagerlfeld.
Eso está muy bien para la gente como tu, como yo y pal resto de los mortales. No para Lagerlfeld.
Eso está muy bien para la gente como tu, como yo y pal resto de los mortales. No para Lagerlfeld.
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